Marina Rincon Torroella estudió Fisioterapia, pero descubrió que su auténtica vocación era la innovación en salud para cambiar el mundo. Cursó el programa d·HEALTH Barcelona y, después de unos años combinando su trabajo de fisioterapeuta con diversos proyectos emprendedores, cruzó el Atlántico y actualmente trabaja en la Mayo Clinic como Coordinadora de Proyectos específicos en calidad e innovación interna, además de colaborar con la startup barcelonesa MJN Neuroserveis y gestionar su propio proyecto emprendedor en Weallare.Co. ¿Su sueño? “Aspiro a crear el mejor hospital, el lugar donde yo querría que mi familia se pudiera tratar. Si estoy viajando y mi madre se pone enferma, quiero poder llamarla por Skype, verla y hacer seguimiento de su evolución a través de una app. A día de hoy aún no podemos y quizá no seré yo la persona que lo hará posible, pero quiero formar parte de este proceso”.

(Nota: Puedes leer este post en inglés en el blog de Moebio Barcelona en Medium)

De la fisioterapia a la innovación en salud: ¿por qué decidiste dar este salto?

Estudié fisioterapia porque me gusta mucho la profesión y tratar a los pacientes. Al acabar los estudios me fui a Holanda de intercambio y me di cuenta de que en el mundo había otros lugares y que podía aprender otras técnicas. Allí me di cuenta de que con la innovación podía ayudar a la gente a tener nuevas soluciones para su salud.

¿Qué te llevó a unirte a d·HEALTH Barcelona?

Yo venía de una perspectiva extremadamente clínica, y d·HEALTH Barcelona me dio una nueva perspectiva global del sector de la salud y la cantidad de agentes que están implicados. d·HEALTH me llevó a ver otras realidades, por ejemplo, cómo funciona la gestión de un hospital, cómo crear un negocio en el sector salud o, sobre todo, cómo diseñar soluciones que den respuesta a las necesidades de los pacientes.

¿Qué hiciste al acabar el programa?

Volví a trabajar de fisioterapeuta durante dos años, pero después de haber pasado por d·HEALTH, en mi día a día con los pacientes veía cosas que antes no veía. Me daba cuenta de que no estaba creando nada específico para sus necesidades. Además, estuve trabajando con pacientes con cáncer y paliativos y, cuando un paciente mío moría, me daba cuenta de que la vida era muy corta: mañana yo podía no estar aquí. Y si no hacía lo que realmente me gustaba, si no innovaba y no ayudaba a mis pacientes, no sería feliz. Estuve un año ahorrando para irme a trabajar por mi sueño: influenciar el sistema sanitario para que pacientes de alrededor del mundo se puedan beneficiar.

Y para hacerlo, te fuiste a Estados Unidos…

Decidí que quería ir a ver y estudiar otros sistemas sanitarios. Me marché a Estados Unidos a hacer un voluntariado en el Hospital Johns Hopkins para estudiar el sistema sanitario norteamericano. Estuve tres meses con un doctor que después se fue a trabajar a la Mayo Clinic: yo quería continuar aprendiendo de él. Le hice un pitch sobre cómo podía ayudarle y me ofreció un nuevo voluntariado, esta vez en la Mayo Clinic, durante otros tres meses. Al acabar, les propuse continuar trabajando allí.

Mientras valoraban esta posibilidad, estuve unos meses en Barcelona trabajando para MJN Neuroserveis. Es una opción que recomiendo mucho: trabajar en una startup, porque aprendes rápido de su realidad. Y entonces me propusieron volver a la Mayo Clinic, donde trabajo actualmente.

¿Cuál es tu rol actual en la Mayo Clinic?

Intento mejorar la calidad de los procesos internos y externos de la Mayo, es como crear pequeñas startups dentro de los sistemas de la Mayo Clinic. Procuramos entender qué nos hace diferentes del resto del mundo, cuál es nuestra proposición de valor que queremos explicar a los diferentes stakeholders. No puedes explicar lo mismo a una aseguradora que a un paciente porque las realidades son muy diferentes: una vez más está todo relacionado con el pitch!

 

Tú también has fundado tu propia startup…

Al acabar d·HEALTH Barcelona, mi equipo de compañeros y yo continuamos trabajando unos meses en el proyecto que diseñamos durante el programa. Más tarde, juntamente con una compañera, creamos mi empresa, Weallare.Co, para diseñar soluciones a medida para necesidades específicas de cada paciente. El primer producto ha sido Silma, un guante que funciona como protector para personas que utilizan prótesis superiores. Hemos ganado premios de Mujeres Emprendedoras y Airbnb, y nuestro próximo paso es comercializar Silma y comenzar el desarrollo de un producto a medida para nuestro primer paciente.

¿Cómo ha impactado d·HEALTH en tu trayectoria posterior?

Aprendí que el equipo es muy importante. d·HEALTH también me enseñó la importancia de saber hacer un buen pitch para explicar tu proyecto. Es un tema que me apasiona y de hecho creo que es algo esencial en todos los ámbitos de la vida y en tu día a día laboral en cualquier trabajo. De hecho, en la Mayo Clinic mis compañeros investigadores me preguntan a menudo cómo pueden explicar mejor su investigación para impactar al gobierno y conseguir becas. d·HEALTH también me enseñó a no tener miedo a fallar. Si te equivocas, aprendes y das un giro a tu proyecto, sin miedo a ser juzgado, porque es un proceso de aprendizaje. Todo el trabajo que haces te enseña que la próxima vez que falles serás más rápido, más eficiente.

En Estados Unidos, esta perspectiva del fracaso como aprendizaje está muy implantada. ¿Qué otras diferencias has encontrado entre trabajar en Europa o allí?

Lo que más me sorprendió al llegar a Estados Unidos es que la salud allí es un negocio, tiene una infraestructura de negocio. Me gusta mucho trabajar en Estados Unidos porque son muy efectivos y eficientes. Si trabajas y tienes resultados, te dejarán proyectar tu carrera: en Europa somos menos ambiciosos y nos da mucho miedo tomar riesgos. En Estados Unidos, si fallan, evitan cometer el mismo error y prueban otra estrategia. No se lamentan: aprenden y mejoran. El entorno laboral norteamericano es una carrera constante, que aquí no tenemos, y a mí me gusta correr.

PD- Si tienes formación en ingeniería, diseño, ciencias de la vida o empresa, y quieres seguir los pasos de Marina Rincon y trabajar o emprender en salud, ya está abierta la selección de participantes para la sexta edición de Design Health Barcelona (d·HEALTH Barcelona), programa de postgrado para desarrollar innovadores y emprendedores en el sector salud, que arranca en enero de 2019. El 90% de los participantes de las ediciones anteriores han encontrado trabajo en el sector salud y un 48% ha fundado su propio proyecto empresarial, muchos de ellos a partir de necesidades clínicas reales no resueltas identificadas durante la inmersión clínica que incluye el programa en hospitales destacados de Barcelona. Más información en la web de Design Health Barcelona (d·HEALTH Barcelona).